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Torrey-Como estudiar la Biblia para obtener mayor provecho
Como estudiar la Biblia para obtener mayor provecho: Los métodos y condiciones fundamentales que producen mayores resultados en el estudio de la Biblia
Descripción
Como estudiar la Biblia para obtener mayor provecho
Por R.A. Torrey
Como estudiar la Biblia para obtener mayor provecho: Los métodos y condiciones fundamentales que producen mayores resultados en el estudio de la Biblia
Traducido del inglés por Alfredo S. Rodríguez y García
“La entrada de tus palabras alumbra; a los simples les da inteligencia.” — Salmo 119:130
Sociedad Americana de Tratados
Derechos Reservados, 1916, por American Tract Society
Contenido de Como estudiar la Biblia para obtener mayor provecho
Parte I. Los Métodos para el estudio provecho
1. Capítulo introductorio a los métodos del Estudio de la Biblia
2. El Estudio de libros individuales
3. Estudio Tópico
4. Estudio Biografico
5. Estudio de Típos
6. Estudio de los libros de la Biblia en el orden en que ella aparecen y en su orden cronologico
7. El Estudio de la Biblia para uso práctico en el trato con los hombres.
Parte II. Condiciones fundamentales para el provechoso estudio de la Biblia
1. Las Condiciones fundamentales para el provechoso estudio de la Biblia
2. Sugestiones Finales
Capítulo Ejemplar CAPITULO III ESTUDIO TOPICO
El segundo método para el estudio de la Biblia es el método tópico. Este método consiste en buscar, a través de toda la Biblia, sus enseñanzas sobre varios temas o tópicos. Este es tal vez el método más fascinador para el estudio de la Biblia. El produce los más grandes resultados inmediatos, pero no los más grandes resultados permanentes. Es un método que tiene sus ventajas. La única manera de poder conocer profundamente un asunto, es yendo a través de toda la Biblia, anotando sus enseñanzas sobre este asunto. Cualquiera asunto importante se posesionara del corazón de un cristiano, si este se toma el trabajo de ir a través de toda la Biblia, desde el Génesis hasta Revelación, notando lo que ella tiene que decir sobre este asunto. De esta manera también tendrá una más profunda y correcta comprensión de este asunto, de la que antes había tenido. Se dice que hace algunos años Moody se propuso estudiar el tema »gracia” de esta manera. Según fue desarrollándose esta doctrina ante su mente, su corazón comenzó a arder, hasta que al fin, posesionado completamente de este asunto, salió a la calle corriendo, y sujetando por el brazo al primer hombre que encontró, le dijo: “¿Conoce Ud. la gracia?” “¿Qué gracia?”, fue la contestación. “La gracia de Dios que trae salvación”. Entonces derramó su alma en la exposición de esta doctrina. Si algún hijo de Dios quiere estudiar los temas “Oración”, o “Amor”, o “Fe”, o cualquiera otra gran doctrina bíblica, en esta forma, su corazón se llenará de esta doctrina completamente. Jesús evidentemente estudió las Escrituras del Antiguo Testamento en esta forma, porque leemos que “comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras las cosas tocantes a él”. (Luc. 24:27). Este método de estudio hizo que el corazón de aquellos dos discípulos que le acompañaron hasta Emaús ardiera dentro de ellos. (Luc. 24:32). Parece que Pablo siguió a su Maestro en el uso de este método de estudio y enseñanza. (Hch. 17:2-3).
Pero este método tiene también sus peligros. Su misma fascinación es un peligro. Por causa de la fascinación de este método muchas personas llegan a abandonar todo otro método de estudio, y este es un gran mal. Un conocimiento completo y acabado de la Biblia no puede ser adquirido por este método de estudio. Un solo método de estudio no bastará al estudiante que quiera tener un conocimiento profundo y bien equilibrado de las Escrituras. Pero el mayor peligro consiste en esto: que cada persona, es casi seguro, que tendrá una serie de tópicos o temas en los que se encuentra especialmente interesada, y si estudia la Biblia tópicamente, a menos que este precavida y tenga una gran fuerza de voluntad, es más que probable que estudiará, una y otra vez, ciertos temas, llegando así a estar profundamente versada en cierta fase de la verdad; pero descuidará otros temas de igual importancia, y esto hará que sus conocimientos sean parciales e incompletos. Jamás conoceremos una verdad completamente, hasta que la estudiemos en su relación con otras verdades. Yo conozco, por ejemplo, personas que están interesadas en la segunda venida de Cristo, y que hacen que la mayor parte de sus estudios bíblicos versen sobre este tema. La doctrina de la Segunda Venida del Señor es por demás preciosa, pero hay en la Biblia otras doctrinas que el hombre necesita conocer, y es una insensatez estudiar solamente una doctrina. Conozco otras personas cuyo interés y estudio encuentra su centro en el tema “Saneamiento Divino”. Se dice de un hombre que confesó a un amigo suyo que había dedicado su tiempo por espacio de muchos años al estudio del numero »Siete” de la Biblia. Este, por supuesto, es un caso extremo, pero sirve para ilustrar los peligros del método tópico. Es casi seguro que no podremos abarcar toda la verdad de la Biblia, si en su estudio usamos el método tópico solamente. Unas pocas reglas concernientes al método de estudio tópico es probable que sean de utilidad a la mayor parte de los lectores de este libro.
1. — Sea sistemático. No siga su propio gusto en la elección de temas. No estudie el tema que se le presente incidentalmente. Haga una lista de todos los tópicos o temas que le sugiera su mente y que sean tratados en la Biblia. Haga esta lista tan comprensible y completa como le sea posible. Después estudie estos temas, uno por uno, en su orden lógico. La siguiente lista de temas la damos como una sugestión. Cada persona puede agregar a esta lista los temas que se le presenten y subdividir los temas generales en sus propias subdivisiones.
Lista de temas o tópicos
Dios.
Dios como Espíritu.
La Unidad de Dios.
La Eternidad de Dios.
La Omnipresencia de Dios.
La Personalidad de Dios.
La Omnipotencia de Dios.
La Omnisciencia de Dios.
La Santidad de Dios.
El Amor de Dios.
La Justicia de Dios.
La misericordia y amante benevolencia de Dios.
La Veracidad de Dios.
La Gracia de Dios.
Jesucristo.
La Divinidad de Jesucristo.
La Subordinación de Jesucristo al Padre.
La Naturaleza humana de Jesucristo.
El Carácter de Jesucristo.
Su santidad.
Su amor a Dios.
Su amor a los hombres.
Su amor hacia las almas.
Su Compasión.
Su Devoción.
Su Mansedumbre y humildad.
La Muerte de Jesucristo.
El propósito de su muerte.
¿Por qué murió Cristo?
¿Por quién murió Cristo?
Los resultados de la muerte de Cristo.
La Resurrección de Jesucristo.
El hecho de la resurrección.
Los resultados de la resurrección.
La importancia de la resurrección.
La manera en que se efectuó la resurrección.
La Ascensión y Exaltación de Jesucristo.
El Regreso o Segunda Venida de Jesucristo.
El hecho de la Segunda Venida.
La manera en que se efectuará la Segunda Venida.
El propósito de la Segunda Venida.
Los resultados de la Segunda Venida.
El tiempo en, que se efectuara la Segunda Venida.
El Reinado de Jesucristo.
El Espíritu Santo.
La Personalidad del Espíritu Santo,
La Deidad del Espíritu Santo.
La distinción que existe entre el Espíritu Santo, Dios el Padre y el Hijo, Jesucristo.
La subordinación del Espíritu Santo al Padre y al Hijo.
Nombres del Espíritu Santo.
La Obra del Espíritu Santo.
En el Universo.
En los humanos en general.
En los creyentes.
En el Profeta y en el Apóstol.
En Jesucristo.
El hombre.
Su Condición original
Su Caída.
La presente actitud del hombre ante Dios y la presente actitud del hombre fuera de la Redención que es en Cristo Jesús.
El destino futuro de aquellos que rechazan la redención que es Cristo Jesús.
La Justificación.
El Nuevo Nacimiento.
La Adopción.
La seguridad de la salvación de los creyentes.
La Carne.
La Santificación.
La Purificación.
La Consagración.
La Fe.
El Arrepentimiento.
La Oración.
Acción de gracias.
Alabanza.
Adoración.
Amor a Dios.
Amor a Jesucristo.
Amor al hombre.
El destino futuro de los creyentes.
Ángeles.
Su naturaleza y posición.
Su número.
Su morada.
Su carácter.
Su trabajo.
Su destino.
Satán o el Diablo.
Su existencia.
Su naturaleza y posición.
Su morada.
Su trabajo.
Nuestro deber para con él.
Su destino.
Demonios.
Su existencia.
Su naturaleza.
Su trabajo.
Su destino.
Al estudiante que tenga suficiente perseverancia, puede recomendársele que, habiendo preparado una lista como esta, comience por el primer tema o tópico y los recorra todos, uno por uno, hasta llegar al último, buscando todo lo que la Biblia dice sobre estos temas. Esto es lo que el autor de este libro ha hecho, y así se ha posesionado de la verdad de una manera inconmensurable, lo que jamás obtuvo en sus estudios algo extenso de teología sistemática. Muchos, sin embargo, se atemorizaran de la aparente inmensidad de este trabajo. A tales personas les recomendamos que comiencen por elegir aquellos temas que les parezcan más importantes. Pero más temprano o más tarde, debe hacerse un estudio completo de lo que la Biblia enseña con respecto a Dios y al hombre.
II. — Haga un estudio completo. Al estudiar cualquier tema, uno no debe sentirse contento con solo examinar unos cuantos pasajes de la Biblia que tengan referencia con este asunto, sino que debe buscar, hasta donde sea posible, todos los pasajes de la Biblia que con ese asunto se relacionan. Mientras exista un solo pasaje en la Biblia relacionado con cualquier asunto, y que no se haya examinado, no se habrá obtenido un completo conocimiento de este asunto. ¿Cómo podremos encontrar todos los pasajes de la Biblia que tengan referencia al mismo asunto? 1° Por medio del uso de una Concordancia. Busque todos los pasajes en que aparezca la misma palabra; luego busque todos los pasajes en que aparezcan palabras sinónimas. Si, por ejemplo, se está estudiando el tema “oración”, deben buscarse todos los pasajes que tengan la palabra “orar” y sus derivados, y también todos los pasajes en que aparezcan palabras semejantes, como “llamar”, “clamar”, “pedir”, suplicar”, “intercesión”, etc. 2° Por el uso de un libro de textos bíblicos. (1) Un libro de textos bíblicos presenta, de manera ordenada, todos los pasajes de la Biblia, no por las palabras usadas, sino por los asuntos tratados, y hay muchos versículos, por ejemplo sobre la oración, en los cuales no aparece la palabra “oración”, como tampoco ninguna de las palabras sinónimas. 3° Los pasajes que no aparezcan usando la Concordancia o el libro de textos, serán encontrados en el estudio de la Biblia por libros, o a medida que leemos las Escrituras en curso, y así nuestro tratamiento de los temas será siempre creciente.
III. — Sea exacto. Debe buscarse el significado exacto de cada pasaje que se esté considerando. Estudie cada pasaje en su conexión y trate de encontrar su significado, en la forma en que se ha sugerido en el capítulo »Estudio de Libros Individuales”. El estudio tópico es hecho muchas veces de manera impropia. Los pasajes, cuando son sacados de su conexión, son estirados o mezclados por una conexión superficial del uno para con el otro, y sin ningún miramiento a su sentido o enseñanza reales, ¡y a esto se llama “Estudio Tópico”! Esto ha sido causa de que este método de estudio haya perdido su reputación. Pero se puede ser tan exacto y erudito en el estudio tópico como en cualquiera otro método de estudio, y cuando se es exacto, los resultados serán muy instructivos y agradables, y jamás serán engañosos. Pero los resultados serán seguramente engañosos y poco satisfactorios si este trabajo se hace de manera descuidada y poco exacta.
IV. — Clasifique y anote sus resultados. En el estudio de un tema importante se obtendrá muchísimo material. Habiendo obtenido este material, proceda a ponerlo en forma ordenada. Al examinarlos cuidadosamente se verán las verdades que deben ir agrupadas; entonces deben estas ser colocadas ordenadamente. A continuación se da una ilustración de este estudio tópico. Estudiaremos lo que la Biblia enseña sobre la Deidad de Jesucristo.
Jesucristo: Su Divinidad
1. Nombres Divinos.
a. Luc. 22:70. »El Hijo de Dios.” Este nombre es dado a Cristo cuarenta veces. Además de este nombre, las expresiones sinónimas “Su Hijo,” »Mi Hijo,” son frecuentemente usadas. Que este nombre, según le es aplicado a Cristo, es un nombre distintivamente Divino, aparece de Juan 5:18.
b. Juan, 5:18. “El Unigénito Hijo de Dios.” Este nombre ocurre cincuenta veces. Es seguro que el aserto de que “Jesucristo es el Hijo de Dios solamente en el mismo sentido en que todos los otros hombres son hijos de Dios,” carece de verdad. Comp. Mar. 12:6. Aquí, el mismo Jesucristo, habiendo hablado de todos los profetas como siervos de Dios, habla de sí mismo como de “uno” “un hijo amado.”
c. Rev. 1:17. “El Primero y el Postrero.” Comp. Isa. 41:4; 44:6. En estos últimos pasajes es “Jehová,” “Jehová de los ejércitos,” el que aparece como “el primero y el postrero.”
d. Rev. 22:12, 13, 16.
Primero, “el Alfa y Omega.”
Segundo, “el principio y el fin.”
En Rev. 1:8, es el Dios Todopoderoso el que aparece como “el Alfa y el Omega.”
e. Actos 3:14. “El Santo.” En Oseas 11:9 y otros muchos pasajes, es Dios el que aparece como “Santo.”
f. Mat. 3:1; Luc. 2:11; Act. 9:17; Juan 20:28; Heb. 1:11. “El Señor.” Este nombre o título es usado con referencia a Cristo en centenares de ocasiones. La palabra traducida “Señor” es usada con referencia a hombres, nueve veces en el Nuevo Testamento a saber: Act. 16:30; Efes. 4:1; Juan 12:21, pero no en el sentido en que le es aplicada a Cristo. De él se habla como de “el Señor,” en la misma manera en que Dios es. Véase Act. 4:26 y Act. 4:32. Nótese también Mat. 22:43-45; Filip. 2:21; Efes. 4:5. En cualquier duda que se tuviere sobre la actitud de los apóstoles de Cristo con respecto a él como Divino, deben leerse, uno tras otro, todos los pasajes en que aparece como “Señor.”
g. Act. 10:36. “Señor de todos.”
h. I Cor. 2:8. “El Señor de gloria.” En el Salmo 24:8-10 es Jehová de los ejércitos” el que aparece como “Rey de Gloria.”
i. Isa. 9:6.
(1) “Admirable” (Véase Jueces 23:18).
(2) “Dios Fuerte.”
(3) “Padre Eterno.”
j. Heb. 1:8. “Dios.” En Juan 20:28 Tomás llama a Cristo “mi Dios,” y es grandemente criticado por no haberlo creído antes.
k. Mat. 1:23. “Dios con nosotros.”
l. Tito 2:13. “Nuestro gran Dios.”
Proposición. Diez y seis nombres que claramente implican Deidad se aplican a Cristo en la Biblia, algunos de ellos repetidamente, llegando los pasajes en que ellos aparecen a centenares.
2. Atributos divinos.
a. Omnipotencia.
(1) Luc. 7:14-15; 8:54-55. El Hijo de Dios tiene poder sobre la muerte, ésta está sujeta a su palabra.
(2) Mat. 8:26-27. Jesús tiene poder sobre los vientos y la mar, ambos están sujetos a su palabra.
(3) Efes. 1:20-23. Cristo está muy por encima de todos los principados y poderíos y dominios, y sobre todo nombre que es nombrado, no solo en este mundo, sino también en el que ha de venir. Todas las cosas son puestas bajo sus pies. Todas las jerarquías del mundo angélico están bajo su dominio.
(4) Heb. 1:3. El hijo de Dios sustenta todas las cosas por la palabra de su poder. Proposición. Jesucristo, el Hijo de Dios, es Omnipotente.
b. Omnisciencia.
(1) Juan 4:16-19. Jesús conoce la vida de los hombres, aun sus más secretos pensamientos.
(2) Mar. 2:8; Luc. 5:22; Juan 2:24-25 (Act. 1:14). Jesús conoce los secretos pensamientos de los hombres. El conocía a todos los hombres. El sabía lo que había en el hombre. (Véase 2 Cron. 6:30; Jer. 17:9-10. Aquí vemos que solo Dios conoce los corazones de los hijos de los hombres).
(3) Juan 6:24. Jesús sabía desde el principio que Judas había de entregarle. No solo los pensamientos presentes de los hombres, sino también sus futuros propósitos le son conocidos.
(4) Juan 1:48. Jesús sabía lo que hacían los hombres que se encontraban distantes de él.
(5) Luc. 22:10-12; Juan 13:1; Luc. 5:4-8. Jesús conocía el futuro, no solamente en lo que respecta a los actos de Dios, sino también en lo que respecta a los más mínimos y específicos actos de los hombres, y aun hasta de los peces de la mar.
Nota — Muchas, si no todas estas demostraciones de su conocimiento, podrían expresarse, si no permanecieran aisladas, diciendo que el Omnisciente Dios reveló todas las cosas específicas a Jesús.
(6) Juan 21:17; 16:30; Col. 2:3. Jesús conocía todas las cosas; en él estaban encerrados todos los tesoros de conocimiento y sabiduría.
Proposición. Jesucristo es Omnisciente.
Nota — Hubo, por parte de Jesús, como veremos cuando estudiemos la humanidad de Crista, una abnegación y ocultamiento de los ejercicios de su inherente y divina Omnisciencia. Mar. 11:12-14; Filip. 2:7).
c. Omnipresencia.
(1) Mat. 18:20. Jesucristo está presente en todo lugar donde dos o tres se reúnen en su nombre.
(2) Mat. 28:20. Jesucristo está con cualquiera que vaya a cualquiera parte del mundo a hacer discípulos, etc.
(3) Juan 3:13. El hijo del hombre estaba en el cielo al mismo tiempo que estaba en la tierra.
(4) Juan 14:20; 2 Cor. 13:5. Jesucristo está en cada creyente.
(5) Efes. 1:23. Jesucristo lo llena todo en todo.
Proposición. Jesucristo es Omnipresente.
d. Eternidad. Juan 1:1; Miq. 5:2; Col. 1:17; Isa. 9:6; Juan 17:5. (Véase Juan 6:62; 8:53; 1 Juan 1:1, 27); Heb. 13:8.
Proposición — El hijo de Dios existe desde la eternidad.
e. Inmutabilidad. Heb. 13:8; 1:12. Jesucristo es incambiable. Jesucristo no solo es siempre, sino que es siempre el mismo.
f. Filip. 2:6. Jesucristo, antes de su encarnación, era en la forma de Dios.
Nota — La palabra »Morphe” traducido »forma” significa la »forma por la cual una persona o cosa hiere la visión óptica; el parecido externo.” (Thayer, Gr.-Eng. Lex. of the N. T.)
g. Col. 2:9. En Cristo reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente.
Proposición. Cinco o más atributos, distintivamente divinos, son adscritos a Jesucristo, y toda la plenitud de la Divinidad se dice que reside en él.
3. Oficios Divinos.
a. Creación. Heb. 1:10; Juan 1:3; Col. 1:16. El Hijo de Dios, el Eterno Verbo, el Señor, es el creador de todas las cosas creadas.
b. Preservación. Heb. 1:3. El Hijo de Dios es el preservador de todas las cosas.
c. El perdón de pecados. Mar. 2:5-10; Luc. 7:48-50. Jesucristo tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.
Nota — El enseñó que los pecados eran pecados cometidos contra su persona. En Luc. 7:40-47, ambos, Simón y la mujer, como pecadores, eran deudores a él, pero en el Salmo 51:4 se dice que el pecado es cometido contra Dios y contra Dios solamente.
d. Resurrección de los muertos. Juan 6:39-44; 5:28-29. Jesucristo es el que resucita a los muertos.
Preg. ¿No resucitaron muertos también Elías y Eliseo? No; Dios resucitó los muertos en contestación a sus oraciones, pero Jesucristo resucitará los muertos por su sola palabra. Durante los días de su humillación fue por la oración que Jesucristo resucitó muertos. Juan 11:41.
e. Transformación de los cuerpos. Filip. 3:21. Jesucristo transformará el cuerpo de nuestra humillación en semejanza a su cuerpo glorioso.
f. Juicio. 2 Tim. 4:1. Jesucristo juzgará a los vivos y a los muertos.
Nota — El mismo Jesús hizo énfasis en el carácter divino de este oficio. (Juan 5:22-23).
g. Dador de vida eterna. Juan 10:18; 17:2.
Proposición — Siete oficios distintivamente divinos son atribuidos a Jesucristo.
4. Declaraciones que en el A. T. se hacen de Jehová Dios y que en el N. T. son usadas con referencia a Cristo.
a. Sal. 102:24-27. Comp. Heb. 1:10-12.
b. Isa. 40:3-4. Comp. Mat. 3:3; Luc. 1:68, 69, 76.
c. Jer. 11:20; 17:10. Comp. Rev. 11:23.
d. Isa. 60:19. (Zac. 2:5); Comp. Luc. 2:32.
e. Isa. 6:1; 3:10. Comp. Juan 12:37-41.
f. Isa. 8:13-14. Comp. I Ped. 2:7-8.
g. Num. 21:6-7. Comp. I Cor. 10:9.
h. Isa. 8: 12-13. Comp. I Ped. 3:14-15.
i. Sal. 23:1; Isa. 40:10-11. Comp. Juan 10:11.
j. Eze. 34:11; 12:16. Comp. Luc. 19:10.
k. Señor en el A. T. siempre se refiere a Dios, excepto cuando en el contexto claramente dice otra cosa. Señor en el N. T. siempre se refiere a Cristo, excepto cuando en el contexto indica otra cosa.
Proposición — Muchas declaraciones que en el A. T. se hacen distintamente de Jehová Dios, en el N. T. se usan con referencia a Cristo Jesús, esto es, en los pensamientos y doctrinas del N. T. Jesucristo ocupa el lugar que Jehová ocupa en los pensamientos y doctrinas del A. T.
5. La manera en que el nombre de Dios el Padre y el de Jesucristo son unidos. 2 Cor. 13:14. Mat. 28:19. I Tes. 3:11. I Cor. 12:4-6. Tito 3:4-5. Comp. Tito 2:13. Rom. 1:7. (Muchos ejemplos de estas clases) Véanse las epístolas Paulinas. Sant. 1:1. Juan 14:23, “nosotros,” “Dios el Padre y yo.” 2 Ped. 1:1. Col. 2:2. Juan 17:3. Juan 14:1; Comp. Jer. 17:5-7. Rev. 7:10. Rev. 5:13. Comp. Juan 5:23.
Proposición — El nombre de Jesucristo es unido al de Dios el Padre en numerosos pasajes, en una forma en que sería imposible unir el nombre de un ser finito con el de la Divinidad.
6. Divina adoración ha de dársele a Jesucristo.
a. Mat. 28:9; Luc. 24:52; Mat. 14:33. Comp. Act. 10:23-26; Rev. 22:8-9. Mat. 4:9-10. Jesucristo recibió sin hesitación la adoración que hombres buenos y ángeles tributaron con honor.
Preg. ¿El verbo traducido adoración en estos pasajes, no se usa para significar la reverencia dada a los hombres de elevada posición? Sí, pero no es usada en esta forma por los adoradores de Jehová, como puede verse por la manera en que Pedro y el ángel rechazaron la adoración que se les quiso rendir.
b. I Cor. 1:2; 2 Cor. 12-8-9; Act. 7:59. La oración ha de hacerse a Cristo.
c. Sal. 45:11; Juan 5:23; Comp. Rev. 5:8-9, 12, 13. Es la voluntad del Padre que todos los hombres rindan al Hijo el mismo honor que rinden al Padre.
d. Heb. 1:6; Filip. 2:10-11. (Comp. Isa. 45:21, 23). El Hijo de Dios, Jesús, ha de ser adorado por ángeles y hombres en la misma forma en que Dios es adorado. Proposición — Jesucristo es una personalidad que ha de ser adorado por ángeles y por hombres en la misma forma en que Dios es adorado.
Proposición General — Por el uso de numerosos nombres divinos; por serle adscritos atributos distintivamente divinos; por serle aplicados varios oficios divinos; por aplicar a Cristo en el N. T. declaraciones que en el A. T. se hacen distintivamente de Dios; por la unión que se hace del nombre de Cristo con el del Padre, en forma en que jamás ha sido posible unir el nombre de un ser finito con el de la Deidad; y por la clara enseñanza de que Cristo debe ser adorado en la misma manera en que Dios es adorado — de todas estas maneras, Dios, en su Palabra, proclama distintamente que Jesucristo es un Ser Divino, que es Dios.
Aún nos queda que hacer una sugestión con respecto al estudio tópico. En la lectura de los libros que vengan a sus manos, debe tratar de encontrar nuevos temas para proseguir en este estudio tópico.